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Audemars Piguet

Audemars Piguet

Los relojes

En 1875, en Le Brassus, Suiza, Jules-Luis Audemars y Edward-Auguste Piguet fundaron la compañía que aún lleva sus nombres. De hecho, es un caso raro de una empresa de alta relojería aún dirigida por las familias fundadoras. Ya en 1892, Audemars Piguet colaboró ​​con otra gran maison, Omega, para crear el primer reloj de pulsera equipado con repetición de minutos: Le Brassus suministró el movimiento, Chaux-Le-Fonds montó el reloj. 

En los años siguientes, Audemars Piguet siguió trabajando en las complicaciones y rápidamente se hizo un nombre en la alta relojería. Por ejemplo, de 1899 hay un notable reloj de bolsillo multicomplicado de Audemars Piguet, equipado con cronógrafo ratrapante, calendario perpetuo, alarma y repetición de minutos.

En 1972, Audemars Piguet presentó el reloj que cambió el rostro del lujo deportivo: el Royal Oak. Se trata de una apuesta arriesgada, basada en la petición de los marchantes italianos de un reloj de acero que pueda utilizarse tanto en contextos formales como en la práctica de deportes acuáticos. 

Para el estilo recurrimos a Gerald Genta, pionero del diseño de relojes, quien procede a concebir un reloj revolucionario: un reloj de alto costo, pero hecho de acero, con un movimiento refinado y delgado, pero con una caja grande para la época, 39 mm. , un reloj con acabados refinados pero con tornillos a la vista… En definitiva, un reloj de contrastes, nunca antes pensado, por el que Audemars Piguet apuesta y lo juega todo, en una década marcada por la crisis del cuarzo, una amenaza existencial para toda la relojería suiza. . La acogida del Audemars Piguet Royal Oak es inicialmente fría, luego poco a poco se va apreciando, hasta convertirse en el reloj deseado y más vendido que conocemos. 

En la década de XNUMX, se introdujo el controvertido Royal Oak Offshore, seguido de variantes aún más controvertidas como el llamado “caucho”: aunque la estética no es para todos, estos relojes gozan de un éxito considerable.

Audemars Piguet produce hoy relojes complicados y elegantes: si su favorito es el siempre actual Royal Oak o un Jules Audemars más clásico, la manufactura de Le Brassus sabrá complacerlo.